2018-08-05

Pulverizadora - Preparación y calibración del equipo (3)

Preparación del equipo

Es fundamental verificar el estado de los componentes importantes de la máquina. Las pastillas no deben presentar desgaste, y todas deben ser de la misma marca, características y tiempo de uso. Otro punto importante, es el control de la válvula reguladora de presión, (ella tiene mayor incidencia en los resultados, cuanto menos volumen se aplique por ha). Que la bomba se encuentre en óptimo estado, también es determinante de un buen tratamiento. Otros factores que necesariamente deben controlarse son: la limpieza del depósito y filtros, y la ausencia de fugas en las conexiones de todo el equipo. 
Objetivo de la aplicación de herbicidas:

Factores a tener en cuenta en la elección de la pastilla:


Elección de la pastilla.

El alistado de los picos de la pulverizadora define el éxito de toda aplicación, y para elegir con acierto se precisa el cumplimiento de dos premisas de base: a) contar con la información lo más completa posible referida al tratamiento en cuestión, b) manejar adecuadamente esas variables.

Entre la información de base requerida se encuentra:
1) El objetivo a combatir (maleza, insecto, enfermedad fúngica o bacteriana);
2) Las características del producto a aplicar (tipo de producto),
3) La cantidad y tamaño de gotas a distribuir en el objetivo, dato consecuente de los dos puntos anteriores, que se relaciona con los litros por hectárea de dosis deseada.
4) Condiciones del ambiente en el que se ejecutará el tratamiento. Viento (dirección, intensidad); humedad relativa; temperatura; presencia de convección. Este punto 4) indica que la elección de la pastilla se hace sobre el inicio de la aplicación.

La selección de la pastilla involucra el conocimiento de cantidad de variables y el mercado ofrece cantidad de alternativas (tipos de pastillas) valederas para cada condición. Por ello es conveniente no pensar en recetas generales, y decidir de acuerdo a los recursos disponibles, entre ellos el conocimiento de los datos enunciados y de la disponibilidad de determinados tipos de pastillas. 

Información sobre pastillas:
https://www.teejet.com/CMSImages/TEEJET_ES/documents/catalogs/cat51a-es.pdf

Si bien existen diversas pastillas por su forma de mojado, a manera de ejemplo se hace referencia a las que mojan en abanico y las que lo hacen en forma de cono.

Las de abanico llegan a la parte superior de las hojas. Las hay de abanico plano que suministran más líquido en el centro de su ancho de pulverización y que superponiendo parte del abanico de pastillas vecinas, se logran distribuciones homogéneas en todo el ancho del botalón. Otras son las de abanico plano uniforme, que entregan la misma cantidad de líquido en todo su ancho. Estas últimas se utilizan para aplicaciones en bandas. 

Espectro de mojado de diferentes pastillas







Las de cono se usan cuando se prefiere que la pulverización llegue a todo el cuerpo de la planta. Hay pastillas de cono hueco y de cono lleno. Estas últimas suministran mayor cantidad de líquido que las primeras.
Las otras características de las pastillas a tenerse en cuenta para la elección son: el tamaño de gota que entregan y el caudal en l/min. Con el fin de ayudar al usuario en el análisis del problema y la elección de la pastilla, los fabricantes suministran catálogos completos con toda la información necesaria sobre cada tipo y modelo.
En el cuadro Catálogo pastillas se ejemplifica uno de los sistemas utilizados para diferenciar a las mismas. En este caso, el número de pastilla señala dos características específicas: el ángulo del abanico (las dos primeras cifras del número 11003) y el caudal que entrega a una presión fija de trabajo (las dos últimas cifras del número 10003). También por su color, las pastillas se diferencian de acuerdo al caudal. Si se considera la pastilla 11003 sabremos que el ángulo del abanico es de 110 grados y que entrega a igual presión, menos caudal que la 11004.

Catálogo de pastillas Referencias: este cuadro es copia tal sólo de un sector de una de las páginas del catálogo correspondiente. La fórmula (*) es la base del catálogo, en la cual, se relacionan la mayoría de los valores de caudal, gasto, velocidad y distancia entre picos. El valor 600 es una constante de unidades.







Catálogo
Para elegir correctamente una pastilla determinada, es muy importante consultar el catálogo que suministra el fabricante de ella.

Presión y velocidad 

La presión de trabajo, segunda columna del Cuadro Catálogo de pastillas, se logra mediante la válvula reguladora dispuesta a tal efecto. Nunca debe regularse la presión con el régimen del motor del tractor, ya que ello producirá errores en el tratamiento, tanto en el caudal como en el tamaño de gota. Por otra parte, el régimen del motor debe fijarse en un punto tal que la toma de potencia gire a 540 vueltas por minuto. Este dato lo hallará en el manual de uso del tractor. En los equipos autopropulsados, el régimen de trabajo del motor es el recomendado por el fabricante.

La velocidad de avance del equipo es otro factor a tener en cuenta para lograr el correcto gasto de líquido por hectárea. Desde el punto de vista de la capacidad de trabajo, cuanto más rápido se circule, más hectáreas se tratarán por hora. Pero el estado de la superficie del terreno y la capacidad de la máquina de mantener la horizontalidad del botalón en ese terreno definen la velocidad. El mecanismo de equilibrio del barral, (mecánico, hidráulico o una combinación, por lo general una característica diferencial del fabricante de la máquina), y la suspensión del equipo definen la capacidad de mantener la horizontalidad del botalón. Por otra parte a barrales de mayor ancho, mayor es la dificultad para lograr el objetivo. Respecto de la potencia, es para destacar que el esfuerzo para mover el equipo es relativamente reducido, comparado por ejemplo con el de una sembradora. Por ello si es de arrastre, el esfuerzo del tractor es relativamente pequeño y no limita casi nunca la velocidad de avance del equipo.
En síntesis, para lograr la aplicación por hectárea (litro/hectárea), lo más importante como es la cantidad de gotas por cm2 y el tamaño de ellas, es necesario combinar correctamente la velocidad de avance del equipo, la presión de trabajo y el caudal de la pastilla y la distancia entre picos.

Armado de los picos

En el armado de los picos, las claves son: a cada pico, se lo debe equipar con un filtro individual de malla más pequeña que el orificio de salida de la pastilla. De lo contrario ésta se tapará frecuentemente con partículas, con lo que desmejorará la calidad de la aplicación, y aumentarán las detenciones del equipo.
Los picos tienen un distanciamiento entre ellos fijado desde la fabricación de la pulverizadora. Lo común es que se encuentren a 50 cm. No obstante ello, existen modelos con picos a 35 cm. Por otro lado también es posible anular un pico cada dos y cambiar de esa manera la distancia, con lo cual si la máquina tienen los picos originales a 35 cm  puede taparse uno cada dos y trabajar a 70 cm entre picos. Este valor influye en los litros por hectárea aplicados, o la altura de botalón para lograr la mejor superposición entre abanicos. Por ello resulta imprescindible la lectura analítica del catálogo del fabricante, para no cometer errores importantes de dosificación. Precisamente, cuando en tratamientos de cobertura total, se trabaja con abanicos planos estos tres factores (ángulo de pulverización, separación entre picos y altura de pulverización) dan como resultado la superposición parcial de los abanicos, a fin de lograr que la entrega de líquido resulte uniforme a todo lo ancho del botalón. Debido a la superposición entre abanicos es necesario que éstos formen con el botalón un ángulo de aproximadamente 12 a 15 grados, de manera que no se toquen entre sí, lo que producirá un goteo perjudicial para la pulverización. En los cuerpos, tapas y pastillas actuales, este ángulo se define en la única posición que tienen de fábrica estos componentes. Es decir no es posible prácticamente instalar incorrectamente las pastillas.







Ubicación de los picos en el botalón, correcta.  Referencias: 1) botalón; 2) ángulo del abanico; 3) distancia entre picos; 4) altura del botalón; 5) ángulo abanico – botalón; 6) pico visto en planta; 7) abanico.







Ubicación de los picos en el botalón, incorrecta


Calibración


Para la calibración del equipo se equilibran los siguientes factores: pastilla (modelo y caudal); distancia entre picos (m) que queda definida por la configuración de la pulverizadora; velocidad de avance (km/h) que se define por el estado del lote y la caja de cambios del equipo (tractor o autopropulsada); presión de trabajo (bar) que se determina de acuerdo al catálogo de la pastilla y al gasto en l/ha buscado. Se regula con la válvula reguladora de presión. 
Buscando el gasto por hectárea (l/ha) se llega a la cantidad de gotas por cm2 buscado.

En este punto se ejercitan los conceptos vertidos anteriormente. 
Los pocos parámetros de la pulverización que se analizan en este ejercicio, en los equipos de la actualidad y desde hace algunos años, son determinados y controlados automáticamente a través de elementos electrónicos como los radares y navegadores que miden la velocidad de avance, los caudalímetros y los presostatos, además de comandos automatizados y computarizados. 
No obstante, a fin de entender el proceso y utilizar las modernas herramientas adecuadamente, es necesario conocer cual es la variable que se está manejando en cada caso, por lo cual se considera el análisis siguiente.


A fin de lograr un equipo en condiciones de trabajo, se lo ubica en un lugar luminoso con el depósito, los filtros y los picos limpios, y las pastillas instaladas en el botalón de tal manera que sus abanicos no se toquen, cuando se superponga su proyección hasta el objetivo a tratar.

Se trabaja con agua limpia, a fin de evitar intoxicaciones, y luego con una tabla de equivalencia de densidades y volúmenes se pasa de agua limpia al producto en cuestión. 
Entonces con el tanque provisto de algo de agua limpia, por ejemplo el 20% de su capacidad, con la bomba funcionando a régimen de trabajo y a la presión a la que se aplicará el tratamiento, observar la “lluvia” que entrega cada pastilla, controlar que no exista goteo ni abanicos (o conos) deformados. En la puerta del galpón con la máquina entre el observador y el sol, suele ser un lugar ideal para hacer estas observaciones, “a través de la luz”.
Luego se determina la uniformidad de dosificación, a partir del concepto de base siguiente: toda máquina se provee de pastillas iguales en modelo, caudal y edad, de lo contrario nunca se estará seguro que todas funcionen correctamente.
Entonces a fin de determinar la uniformidad de dosificación, con un recipiente graduado de 1 o 2 litros de capacidad (jarra o probeta), medir el volumen entregado por cada pico, a la presión que será utilizada en el tratamiento, durante un tiempo conocido (por ejemplo un minuto, o medio minuto). Seguidamente comparar la cantidad entregada por cada pico con el promedio de entrega de la totalidad de ellos. Si se trabaja con pastillas con algún uso, más adelante se verá el punto “desgaste de pastillas” y se encuentra alguna pastilla que difiere en 3 a 5 % o más con respecto al promedio, esa está para el cambio. Pero lo mejor es cambiar todas, debido a que las demás pronto irán presentado el mismo estado. Es conveniente señalar que lo que se ahorra en pastillas por no cambiarlas es mucho menos que lo que se pierde en fitosanitarios y trabajos mal logrados debido a las pastillas en mal estado.
Si se trabaja con pastillas nuevas, el criterio puede se el descarte de aquellas que se aparten en un 3 a 5% por arriba o por debajo del caudal que señala el catálogo de las pastillas para la presión de trabajo. Las demás se dejan ya que son todas nuevas.
A continuación, se controla que el equipo entregue el volumen requerido por hectárea. Por ejemplo, supongamos que se requiere una aplicación de 40 l/ha, con una máquina de 53 picos separados a 50 cm entre si.
Los datos de las pastillas se encuentran en las tablas que suministra el fabricante. Un modelo de estas tablas se ve en el Cuadro Catálogo de pastillas
Entrando en dicha tabla (ver que corresponda al modelo de pastilla en uso), por los valores de l/ha, se elige el más parecido a 100 l/ha. Con la pastilla XR 8003 VS o bien XR 11003 VS (esta última permitirá trabajar a menor altura de botalón, debido a que su ángulo de abanico es 110 grados, es más abierto que el de la 8003 que es de 80 grados), trabajando con 2 bares de presión y a 20 km/h de velocidad, se logran 41,1 l/ha. La velocidad de avance se regula con la caja de marchas del tractor o de la máquina si es autopropulsada, controlando el régimen del motor para que la bomba trabaje al régimen recomendado por su fabricante. (Se realizarán los tanteos necesarios hasta lograr la condición buscada, en una calle con una distancia marcada y conocida). La presión de trabajo se regula con la válvula correspondiente.
A continuación, se verifica el buen funcionamiento del equipo, haciendo que recorra esa distancia en tanto pulveriza agua limpia a la velocidad y presión indicadas. El recorrido se inicia con el depósito lleno. Al finalizar, se lo reabastece hasta el nivel inicial de la medición, para lo cual se coloca la pulverizadora en una superficie horizontal. Se puede suponer por ejemplo, que se consumieron 9,8 l al recorrer 100 m en 18 segundos. Entonces avanzó a: 


Superficie cubierta por la máquina en la determinación
Superficie = 0,7 (m) x 35 (picos) x 100 (m) = 2.450 (m2)
El gasto por ha fue de: 9,8 ( l ) x 10.000 (m2 / ha)      40 (l/ha)
                                              2.450 (m2)
Volviendo al Catálogo de la pastilla, se puede saber que caudal debe estregar la misma en este trabajo. La 03 a 20 km entrega 41,1 l/ha a 2 bares, con un caudal de 0,96 l (min).
Para el ejemplo en lugar de entregar 41,1 l/min, será 40 l/min. Para ello se baja la presión hasta obtener de la pastilla el siguiente caudal:


Verificado el gasto por hectárea. Entonces siempre que se ajuste, el mismo se puede hacer en la presión, en tanto no se abandone el rango correcto para la pastilla, o bien en la velocidad pero actuando sobre la caja de marchas.

Superposición

Si se realiza una aplicación en cobertura total, las pastillas corrientemente utilizadas son de tipo abanico plano, que presentan una disminución gradual en la entrega de líquido, desde el centro hacia los extremos de cada abanico. Esta diferencia, se compensa superponiendo en un % determinado los extremos de abanicos contiguos instalados en el barral. Para ello, se regula la altura del botalón de acuerdo a la separación entre picos y el ángulo del abanico utilizado. Los folletos de pastillas contienen esta información. Por ejemplo, para abanicos de 110 grados distanciados a 50 cm entre si, debe pulverizarse a 40 cm de altura de botalón.

Distribución

Tamaño de gotas

Por lo general se recomienda el uso de pastillas para gotas finas en aplicaciones de post-emergencia, que requieren de una cobertura excelente en las hojas. Las gotas de tamaño mediano se recomiendan para herbicidas de contacto y sistémicos, herbicidas de preemergencia aplicados en la superficie, insecticidas y fungicidas.
Otra cosa para recordar es que una pastilla puede producir gotas de diferente clasificación según la presión a la que trabaje, siempre que lo haga dentro del rango para el cual fue diseñada.
Existen tablas de los fabricantes de pastillas que dan este tipo de dato, y a continuación se presenta un ejemplo extraído de un catálogo.

Medición de gotas

El control del tamaño, uniformidad y distribución de las gotas se practica a través de las tarjetas hidrosensibles provistas por la firma Syngenta que pueden observarse a través de una lupa cuenta hilos de 10 aumentos a más. También existen programas de computación que permiten hacer un análisis más minucioso de la tarjeta. Un manual provisto con las tarjetas ofrece instrucciones precisas de su uso. La recomendación es contar las gotas en 1 cm2, en 1/2 cm2 o en ¼ de cm según la cantidad que deba contarse. Si son muchas se cuenta en ¼ de cm2 y luego se multiplica por 4



Lupa cuenta hilos de 10 dioptrías a más, tarjetas hidrosensibles y cartón que define un área para el recuento de impactos.







 Las Tarjetas hidrosensibles (cambian su color en el punto que se mojan con agua) operando de la manera siguiente: se colocan las tarjetas en el rastrojo o cultivo simulando la maleza a tratar. Luego se pasa sobre ellas con el barra de la máquina pulverizando. Las gotas deben resultar homogéneas por su tamaño y distribución. Asimismo se deben contar las gotas por cm2, para lo cual se utiliza una lupa o cuenta-hilos. A manera de ejemplo se menciona que, en general para aplicaciones de glifosato, pueden recomendarse, dependiendo de las malezas a combatir, de 30 a 40 gotas/cm2. El valor en litros/hectárea estará de acuerdo a la pericia del operador o de quien supervisa el trabajo y el equipo empleado. Es posible lograr tratamientos de esa cantidad de gotas por cm2 con gastos de 30 a 40 litros por hectárea. Por ejemplo 2 litros de producto y 28 litros de agua. O bien 2 litros de producto y 38 litros de agua. 

cDistintas coberturas con distintos tamaños de gotas y caudales. Distintas pastillas,



Soporte para llegar a distintos lugares del cultivo. 

Un mismo tratamiento se puede logara con distintos volúmenes de diluyente, distintos tamaños de gota. Con un coadyuvante u otro. La misma aplicación con  2 litros de producto con 118 litros de agua y tener mayor cantidad de gotas con menor concentración de producto cada una. En algún caso habrá superposición de gotas (o impactos) en el objetivo y mayor cantidad de gotas que no lleguen al mismo (deriva). Corrientemente, estos datos los suministra el laboratorio fabricante del producto. 
Para aplicaciones diluidas en aceites se aplican tarjetas óleo sensibles.
Las buenas aplicaciones con glifosato en siembra directa, se logran con malezas libre de tierra, en lo posible sin pastorear, y en días de vientos suaves, y luminosos. Es conveniente llegar a la siembra con barbechos limpios, o con malezas pequeñas (así se aprovecha mejor la humedad disponible en el perfil del lote).

Las pastillas y el ambiente.
Elegir y calibrar correctamente las pastillas conociendo las condiciones del ambiente es un aspecto fundamental para alcanzar el éxito en las aplicaciones.
La conducción de los barbechos y la protección de los cultivos de invierno hacen pensar ahora en la pulverizadora, su alistamiento y uso adecuado. Y uno de los aspectos de relevancia es comprender la importancia que la pastilla tiene en toda distribución de agroquímicos y asumir la necesidad de elegir la más adecuada para cada tarea. Entonces, cuando se cae en la cuenta de la gran cantidad de tipos y modelos disponibles, aparece la pregunta “facilitadora” ¿no existe un modelo de pastilla que sea aplicable a todas las aplicaciones que uno ejecuta? Y la respuesta es: no. Y entonces ¿cómo se elige una pastilla entre las aproximadamente 240 clases que ofrece el mercado?
Para responder esta cuestión es recomendable tener claro un par de cosas: a) que se va a controlar (malezas, insectos, hongos), b) conocer y haber revisado con dedicación el catálogo técnico de la marca de pastilla que se considera como opción válida. De no conocer esas dos cosas, nunca se manejará adecuadamente la máquina ni, mucho menos, las aplicaciones y así se le abrirá el espacio a las críticas de los que poco saben de producir alimentos sanos, pero que encontrarán la brecha hacer su negocio.
Como primera idea, es posible asumir que los que saben eligen las pastillas por su forma de distribución, y que si se busca llegar a la parte superior de las hojas de una maleza, las pastillas de abanico serán una buena opción, aunque no la única. En cambio, si el objetivo está en la cara de las hojas que mira al suelo,  el cono sea la gran opción. No obstante, estos son sólo dos ejemplos burdos que, si se quiere sólo representan la “página del libro” que el buen aplicador necesita leer con avidez. El tema es “de qué se defiende el cultivo  (malezas, enfermedades, insectos)  con qué se defiende o protege al cultivo”. Es bueno tener muy en claro que es muy común que no se pueda comenzar un lote y trabajar horas con un tipo de pastilla y jamás cambiarla”. Hablando de lotes grandes.
 Por otro lado pero al mismo tiempo es necesario conocer las condiciones de trabajo, y en ellas el aplicador considera: a) la máquina, b) el piso a transitar (la “pista” a recorrer con sus pozos o irregularidades, si hay barro o no); c) el clima con sus vientos predominantes y su direcciónvelocidad y horarioshumedad relativa, porcentajes y horarios, temperatura ambiente y horarios.
Respecto de la máquina, obviamente en primera línea se encuentra el mantenimiento del equipo, sin fugas en ningún punto del circuito del fluido, filtros limpios, presión de los neumáticos, limpieza externa e interna. Funcionamiento de todos los mecanismos, hidráulicos, comandos en general, entre ellos la bomba, el manómetro y las llaves o válvulas. Se recomienda enfáticamente seguir un cuadro de seguimiento de la máquina de confección propia. 
Lo parejo del piso a transitar y las características de la máquina, definen la velocidad de avance, la cual se regula con la caja de cambios. Recordar que el régimen del motor es importante que permanezca constante debido a que define el régimen de la bomba de pulverización.. Si el régimen del motor cambia, es necesario controlar de nuevo el caudal y la presión de pulverización buscando mantener los litros por hectárea constantes.  En  las máquinas que la bomba toma movimiento de un motor hidráulico, es necesario  mantener el régimen de la bomba a través del caudal (o sea el régimen) de ese motor hidráulico. Además recordemos que  la velocidad de avance del equipo, definirá el caudal de la pastilla a utilizar, y a mayor velocidad mayor caudal de la pastilla a igualdad de otras condiciones.
Por otro lado las condiciones del clima también definirá la pastilla recomendable, ya que, con 20 grados centígrados de temperatura ambiente y 80 % de humedad relativa, y velocidades de viento menores a los 12 km, las gotas pueden ser de menor volumen (200 a 250 micrones) y por ende la cobertura del objetivo más uniforme que con gotas de mayor tamaño (400 micrones), utilizadas para mitigar la deriva.  Entonces, si la temperatura es de 30 grados centígrados, la humedad relativa 50% y los vientos se acercan a los 20 km/h, las gotas más grandes mejorarán la llegada al objetivo, reduciendo el efecto de la deriva, aunque en detrimento de la cobertura más uniforme. En este caso las pastillas antideriva con inducción de aire se ubican entre las más adecuadas para llegar al objetivo. Además, jamás olvidar el coadyuvante que, debido a su importancia, lo dejamos para otra nota.

Otros aspectos a tener en cuenta para la mejor llegada al objetivo, se encuentra la altura del botalón, que se conjuga con el ángulo de mojado de los abanicos (los de 110 grados se colocan a menor altura que los de 80 grados), y con la distancia entre picos. Los picos distanciados a 50 cm requieren de mayor altura que los distanciados a 35 cm y esta última reduce las posibilidades de dejar chanchos respecto de la distancia 50 cm.

También es bueno recordar, y como complemento de las condiciones climáticas vistas más arriba, que si no hay “una gota de viento” mejor es no aplicar porque se está en condiciones de “inversión térmica”.

La Inversión térmica es generada cuando se calma el viento y comienzan a ascender las capas de aire caliente –es decir las capas de aire calentadas por su proximidad con el suelo --  e ingresar por debajo de ellas las capas de aire frío –cuya temperatura es menor que la de las otras por haber estado lejos de suelo, es decir a más altura--. En esta situación las gotas asperjadas quedan suspendidas en el aire para luego ser arrastradas grandes distancias, debido al ascenso de las capas de aire próximas al suelo (más calientes que las de arriba). De esta manera se producen desplazamientos a veces de varias decenas de kilómetros-- que pueden producir graves daños en plantas sensibles al producto aplicado. Ante estas condiciones, es decir sin viento, no se puede aplicar.

El viento es un aliado de las aplicaciones ya que si las realizamos sin él, nos será muy difícil ingresar con las gotas asperjada en un cultivo cerrado. A menudo se escucha decir que la mejor aplicación es sin viento, sin embargo es sin viento cuando mayor es la probabilidad que se produzca una inversión térmica, con las consecuencias que esta ocasiona. Las pulverizaciones con vientos a partir de 8 km/h en cultivos cerrados resultan las más efectivas, debido al movimiento del canopeo, haciendo actuar al cultivo como un conjunto de zarandas, dejando pasar las gotas asperjadas.



Las altas temperaturas y bajas humedades relativas incrementan la evaporación de las gotas asperjadas. Asimismo, con humedad relativa ambiente baja, se evaporan las gotas aún con temperaturas no muy elevadas, afectando de manera notable la aplicación debido a la pérdida de gotas, sobre todo cuando no se utiliza un anti evaporante.




Errores graves



A continuación se mencionan algunos errores que necesariamente deben evitarse para lograr buenos tratamientos:


 - Limpiar las pastillas pasándoles alambres o elementos agresivos a través de su orificio. La limpieza correcta debe hacerse siempre con cepillo o aire comprimido.

- Desacelerar para evitar problemas con accidentes del terreno. Ello modifica la aplicación por ha (l/ha). Entonces, se aconseja que una vez regulada la presión a una determinada posición del acelerador, ésta no debiera modificarse salvo que se cuente con un comando compensador automático, que la mayoría de equipos tiene.
- Es mejor trabajar con el botalón lo más bajo posible, por arriba de las malezas, a fin de disminuir la deriva. Para ello, en general es conveniente el mayor ángulo del abanico (110 grados)
- Cuando se termina el contenido del tanque, el operario continúa trabando y deja que los picos soplen aire durante unos 100 o 200 m de recorrido. Esa zona quedará sin tratamiento. Es necesario reabastecer el depósito con un margen suficiente para evitar este inconveniente.
- Aumentar el agua debido a la aplicación de productos que requieren mayor dilución, sin aumentar el contenido de los productos que no requieren mayor dilución (glifosato). Es necesario respetar la concentración de cada producto presente en la mezcla.
- Utilizar agua de una fuente no limpia, o con aguas duras. El glifosato requiere aguas estrictamente limpias. De lo contrario se desactiva notoriamente y pierde efectividad.
- Utilizar pastillas gastadas.
- No analizar con anticipación las condiciones climáticas. En función de la dirección del viento definir la dirección de marcha de la máquina. Si es necesario, establecer fajas de seguridad en el borde del lote a fin de no pulverizar lotes vecinos. Si es necesario, las bandas de seguridad se tratan con gotas más gruesas que el área más central del lote.
- No definir la deriva por viento con tarjetas ubicadas al costado y cierta distancia de la máquina.


En camino


Es errada la idea que a mayor presión de pulverización y mayor caudal se logra un trabajo mejor con mayor penetración del producto. Esto se ha aceptado sobre todo en cultivos como papa y soja, donde la vegetación es muy abundante. Pero en realidad, es un error ya que esas altas presiones y/o altos caudales no son necesarios y además son fuente de problemas y de malos resultados en los tratamientos.


El camino hacia pulverizaciones efectivas y eficientes, se encuentra en el equipamiento de la pulverizadora con las pastillas adecuadas para cada. Es bueno tener  en cuenta que es clave el correcto manejo de la pastilla elegida, lo cual implica consignas que se verán más adelante. Es mejor recordar siempre que “el dinero invertido en pastillas se verá compensado con amplitud, por el ahorro en producto químico, aplicaciones bien logradas y en reparaciones de la máquina que aumentan su frecuencia de realización cuando se trabaja con excesos de presión”.


También al trabajar con menores presiones, se ahorrará potencia. La gran mayoría de los productos se aplican eficazmente con presiones que oscilan entre las 50 y 150 lb/pul2.
Trabajar con menores volúmenes por hectárea requiere de mayor pericia del aplicador, ahorra agua, potencia, tiempo y dinero. Acarrear agua no es barato, el agua limpia no siempre esta a mano. Por ello es bastante relativo que el agua es gratis, como a veces se escucha. 
Otros elementos a instalar en la máquina, acordes al tratamiento, son los tubos de bajada cuando ayudan a una mejor aplicación. 
Trabajar con presiones excesivas significa:
* Mayores costos debido a más gasto de potencia, a mayores inconvenientes en mangueras y abrazaderas, y al remplazo de mangueras y abrazaderas por elementos de mayor costo.
* Menor eficiencia debido a tamaño de gota incorrecto y mayores pérdidas por deriva.
Trabajar con caudales excesivos implica:
* Mayores costos debido a acarreo de agua. Dilución de los productos activos lo cual resta eficacia. Menor autonomía de los equipos.
* Necesidad de agua limpia que no siempre esta disponible a corta distancia.
o        Presiones y caudales acotados exigen mayor pericia de parte del operador y de quien comanda la operación.


Desgaste de pastillas

La vida útil de las pastillas depende del material de fabricación y la  forma de uso. En este último aspecto se consideran el tipo de producto (por ejemplo los polvos mojables son más abrasivos que otras formulaciones), la presión de uso (a mayor presión mas desgaste. Para graficar se presenta el gráfico Test comparativo de desgaste.






Desgaste de pastillas


Referencia: El caudal de las pastillas aumenta debido al desgaste. Antes sin acusar diferencias en el tamaño de gota. Más tarde se afecta la distribución de las mismas. La clave es el cambio en el momento oportuno. (Albuz; Jacto)

Guía o marcador

En las pulverizadoras fue durante mucho tiempo corriente el uso del “banderillero”, un ayudante de campo que con un trapo visible en la mano, le señalaba al operador de la pulverizadora donde entrar desde la cabecera a fin de no superponer pasadas o dejar franjas sin tratar (chacho). El banderillero se paraba en un lugar visible desde la cabina del tractor o de la máquina, podía ser desde el alambrado opuesto al que se ubicaba el equipo, o antes si el lote era muy largo. Los metros entre los centros de las pasadas los medía el banderillero con sus pasos, por ejemplo 30 pasos eran 30 metros. También era posible, en lotes sin mucha vegetación, colgar una cadenita larga en el extremo del barral, tan larga que una vez que la máquina salía de la amelga para entrar en la cabecera y comenzaba a girar, el extremo libre de la cadena quedaba en el mismo lugar hasta que volvía a entrar la máquina a la amelga y así quedaba señalado por donde se entraba para no superponer ni dejar chanchos. Luego apareció el marcador de espuma, que marcó un época con su beneficio de reducir errores de aplicación e inconvenientes como los días de viento que hacían volar los copos o los lotes muy largos o con mucha vegetación que dificultaban su uso.
Con  la agricultura de precisión, en Argentina allá por 1995, entre las primeras herramientas que aparecen es el guiador de pulverizadora, al que un observador local con muchas horas de campo e imaginación, bautizó con el nombre de “banderillero satelital”, denominación que fue aceptada rápidamente por el mundo de la maquinaria, y hoy muy arraigada como otros términos nacidos de la sabiduría popular.
El banderillero satelital es un navegador específico que cuenta con su antena receptora de señal GPS y un software que hace amigable la lectura de la navegación en la consola de abordo. En ella mediante luces de color verde y rojo, indica al operador cuando debe virar hacia un lado u otro para mantener paralela la línea de avance del equipo. Con el mismo banderillero y en pocos minutos antes de iniciar la aplicación, con el mismo equipo, se define la línea base del lote que es la pasada cero entre dos puntos de coordenadas definidas, y luego el operador sigue en paralelo y a la distancia correcta a fin de cometer errores de aplicación. Cada navegador ofrece funciones que ayudan al trabajo como medición de superficies, aviso automático de ingreso a cabecera virtual. En la actualidad existen softwares que periten operar con señal libre de pago. 


Computadora de pulverización

En un principio no fuimos pocos los que pensamos que las computadoras eran ayudantes fundamentales en toda aplicación, que aparecieron con la tecnología electrónica aplicada a las pulverizadoras. En verdad son protagonistas centrales del proceso (de la misma manera que las otras máquinas agrícolas y las operaciones en las que se aplican)  y hoy prácticamente no existe equipo que no sea operado por una de ellas. Las hay de diferente grado de sofisticación pero en general cada modelo cumple con las siguientes funciones:
Controla de manera automática la dosis de pulverización.
Se programa fácilmente con una pantalla cada vez más amigable.
Comanda todo tipo de válvulas motorizadas y a solenoide.
Ofrece opción automática o manual
Permite programar las pastillas por su color.
Teclas de corte en la consola y por secciones del barral.
Teclas de dosis diferentes. Por ejemplo para aumentar la dosis ante un manchón de maleza. (Manchoneo)
Teclas para abrir válvulas con el equipo detenido.
Almacena datos para gran cantidad de lotes, por ejemplo más de 100.
Tiene función estadística. Se conecta la web para actualizaciones del software. Puerto USB para bajar datos a la PC.
Alarmas varias para dosis fuera de rango admitido, presión fuera de rango, bajo nivel en tanque y tanque lleno, filtros obstruidos.
Nadie piensa operar un equipo sin estos ayudantes, pero no siempre el operador sabe que está haciendo con ellos. En este manual se trata de ayudar a ese conocimiento.


Evaluación de la pulverizadora

Observando estos equipos a la distancia, tendrá una idea de como mantiene la horizontalidad y uniformidad de altura el botalón. Para comparar, tenga en cuenta el estado del suelo donde trabaja la máquina. Durante a aplicación es muy conveniente realizar pasadas sobre tarjetas sensibles, y luego practicar su análisis mediante lupa cuenta hilos. Lo importante es saber la cantidad de impactos por cm2 que llegaron al objetivo, su tamaño y uniformidad. Los puntos clave a considerar: al tipo de pastillas utilizadas (forma de mojado, caudal, ángulo de abanico), presión de trabajo, velocidad de avance de la máquina, condiciones climáticas en el momento de la aplicación (viento, HR, temperatura).




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