2019-10-31

Por momentos la empresa agropecuaria parece una empresa de servicios

En el arranque de la gruesa todo productor proyecta una implantación exitosa y un excelente manejo de sus cultivos con el objetivo final de maximizar el rinde a cosecha de cada cultivo.

La empresa agropecuaria en varios momentos de la campaña de primavera - verano, suele semejarse a una empresa de servicios, dedicada al manejo de suministros. Tal es así que la logística desarrollada se trasforma en un factor importante en el logro de los resultados. En otras palabras, el movimiento de equipos y de insumos es clave para el resultado del negocio agrícola.


El buen uso de acoplados abastecedores de semilla y fertilizantes, reduce los tiempos de espera y trabajo indirecto en la siembra.

Otra herramienta que permite reducir esos tiempos, ha sido el uso de bolsones de semillas manipulados con guinches elevadores de campo.

Asimismo, una opción para agilizar los tiempos de carga de sembradoras y de fertilizadoras, es utilizar los acoplados autodescargables de cosecha con algun ajuste en sus órganos de descarga.

Las herramientas de la navegación satelital y la agricultura de precisión aplicadas de manera adecuada, ayudan en este armado de la logística en el manejo de los cultivos y de los equipos de máquinas.

Ya en el lote, el movimiento de la sembradora y el trabajo del sembrador como también su resultado, estan influenciados por la tarea de la cosechadora al final de las campañas anteriores.  

Si el sembrador de manera frecuente debe resolver inconvenientes de lote, el origen de ese problema estuvo en la cola de la última cosecha.

Por otro lado, si desde la siembra no se piensan los recorridos de los acoplados desde el lote de cosecha a la ubicación de la embolsadora, se pueden producir pérdidas de tiempo, y aumentos innecesarios en el consumo de combustible.

En la actualidad, con el bajo consumo que presentan los motores de las cosechadoras, puede que realce el consumo del tractor con el autodescargable, si los recorridos internos en el campo no se panifican de manera adecuada.

Avanzada la campaña, y ya en conducción de los cultivos en crecimiento, se llega a las fertilizaciones post siembra.

En este aspecto es bueno tener en cuenta que cada vez más frecuente que las fertilizaciones se hagan antes o después de la siembra. Ello es debido a varias razones. Una de ellas, radica en la importancia de evitar demoras en las siembras. Es que las nuevas semillas que salen al mercado, ofrecen períodos de siembra cada vez más acotados. Por otro lado, cada vez se sabe más sobre la influencia de la fecha de siembra en los rindes a cosecha. Ello hace que el productor se ocupe cada vez más en cumplir con esa fecha.

Asimismo, los años acumulados de siembra directa y también los incrementos en los rindes, hace que se pierdan importancia las fertilizaciones de arranque con dosis reducidas. Y se buscan más fertilizaciones que repongan los nutrientes necesarios al suelo. Aportes que son la otra cara de las extracciones de los altos rendimientos.

Cuando llegue la cosecha, además de calcular la capacidad de trabajo necesaria para trillar los lotes en tiempo y forma, será necesario calcular la capacidad de transporte.

La cantidad de autodescargables con sus tractores y operadores tendrá relación con la cantidad de cosechadoras. También estarán relacionados los tamaños de las cosechadoras con las de los acoplados.

Los cultivos a levantar y sus rindes también estarán en relación directa. Un cultivo de maíz con rindes que superan las 10 tn/ha requerirá el doble de autodescargables que un cultivo de soja. Menor aún será la demanda de trasporte para lores de girasol.

El estado de los lotes en el momento de la cosecha define la conveniencia de uno u otro tipo de autodescargable.

En lotes parejos y con buen piso, los acoplados de un eje de capacidad acorde a la cosechadora son los mejores. Estos ofrecen mejor capacidad de maniobra y buena transferencia de peso al tractor. Ello reduce el peludeo en el arranque del equipo, si es que entra al lote.

En lotes con poco piso, los autodescargables de un eje, pero de capacidad reducida, son los mejores. Ellos reducen las posibilidades de huellados importantes y de encajadas en el barro.

En los lotes desparejos son buenos los autodescargables de dos ejes, porque reducen las sacudidas y golpeteos en la barra de tiro del tractor.

En definitiva, la logística en la campaña de gruesa es importante, más aún con tiempos acotados, grandes equipos y por ende grandes cantidades de insumos en movimiento.

2019-10-26

Cosecha, en suelo anegado

Cosechadora Glinear equipada con orugas en un lote de maíz en el centro de Wisconsin.
Cabezal de 8 hileras, para reducir el peso del equipo. 
Descarga de la tolva en el acoplado que no entra al lote para evitar los problemas que se le adicionan al suelo, y los problemas de enterrado de tractor y acoplado.



2019-10-25

Sembradoras monograno













































En la operación de la sembradora, que ocurre cuando se pasa de la posición de transporte a la de trabajo, en un modelo de tiro de punta.
Es un proceso que se cumple de manera mecánica cuando el operador experimentado la practica. 
En  este video se observan los movimientos en una máquina de siembra monograno, con dosificador con placa mecánica.


En este otro video se puede observar uno de los desarrollos en dosificación mecánica de precisión que se vieron en la Argentina. 
Son desarrollos que han diferenciado al país en la materia, son alternativas de valor para una amplia oferta tecnológica. 





Ojos en el cielo de la agricultura

Otras tecnologías más amigables con el ambiente se aplican cada vez más para la producción de alimentos de más calidad.



El tractor aumentó la capacidad de trabajo 15 o 20 veces.
Entre las décadas de los 20 y 30 del siglo pasado irrumpió el tractor en la agricultura. Y en Estados Unidos, donde se dispone de datos estadísticos de la época, un tractor hacía el trabajo de unos 15 a 20 operadores de campo. Ello ocurrió cuando en la producción agropecuaria adoptó de manera más difundida un avance tecnológico desarrollado a partir de fines del siglo 19.




La siembra directa mejoró la agricultura en muchos ambientes distintos.
Otro hito que produjo cambios notables en el campo fue la siembra directa, que comenzó su protagonismo allá por los 60 y 70 aunque alcanzó su alto protagonismo por los años 80. Con ella se redujo la erosión del suelo, el tiempo necesario para el logro de cada cosecha, el consumo de energía y se mejoró el uso del agua. Todos esos cambios se notaron de manera superlativa. Hay ejemplos que mostraron como los costos de producción de un cultivo en aquellos años, se redujeron a la tercera parte.  



La agricultura de precisión aumentó la eficiencia en las tareas.

Algo más tarde la aparición de la agricultura de precisión, fue otra vuelta de tuerca aparecida a partir de los 90. Esta tecnología aumentó de manera notable la eficiencia en uso de los insumos, el uso de la tierra de cultivo, el uso del agua, el tiempo de trabajo, y en especial el tiempo de calibración y de la puesta a punto de los equipos.

Ahora, otra etapa en esta evolución es la aplicación de la tecnología de información y comunicación (TIC) a la que la agricultura. Con estos recursos se procura aumentar la producción de alimentos. Se espera de acuerdo a FAO, que para el 2050 vivan en la Tierra unos 9 mil millones de habitantes. Con este panorama la producción de alimentos actual, requerirá un aumento del orden del 50%.

Además, un problema real a resolver es que unos 815 millones de habitantes se encuentran en riesgo alimentario crónico, lo cual ocurre de la mano del cambio climático y de la creciente escases de tierras para cultivo y de fuentes de agua utilizable. El 64 % de esta población se encuentra en Asia.

En este contexto los vehículos aéreos de control remoto, conforman una herramienta de alto potencial para la recolección de gran cantidad de datos con alta precisión y en poco tiempo. Los drones, que de ellos se trata, tienen un alto poder para proveer información valiosa que influye de manera decisiva en la toma de decisiones.

Ellos, permiten detectar sutiles cambios en las plantas, de manera tal que anticipan la resolución y prevención de problemas con un tiempo de antelación y precisión que no son logrables desde el terreno. Al menos por el momento.


Los drones, equipados con sensores específicos colectan cantidad de imágenes multiespectrales que se aplican al cálculo de índices como el normalizado diferencial de vegetación (NDVI), el índice de área foliar, o el índice fotoquímico para mencionar algunos.

Deficiencias de nutrientes, presencia de enfermedades, ataques de insectos, stress de diferentes orígenes, como el hídrico, por ejemplo. Ellas son condiciones, o lo son a futuro mediato a la “vista” de estas tecnologías, que hacen descender el rinde de cada cosecha, y por ende la producción de alimentos.

Estos son los caminos que permiten anticipar la detección de problemas con muy poco error.

Ello permite otro descenso notable en el uso de insumos, de tiempo, de tierra, de agua.

Se trata de otro avance gigante en la producción agropecuaria, que implica notables cambios en el manejo de los cultivos y la producción de alimentos. Parece de ciencia ficción, pero hoy ya hay grandes compañías que aplican estas herramientas.

Desde planos de mayor altura respecto de las de los drones, aviones y helicópteros tripulados y no tripulados, permiten la recolección de datos y su comunicación con los mismos fines, pero con otra escala y otro costo. Y un servicio similar, pero desde mayor distancia a la tierra aún, ofrecen los satélites ubicados en sus órbitas para los mismos fines, de recolección de información en imágenes y su comunicación.

Desde FAO explican que “las pestes y enfermedades vegetales suponen un 30 por ciento de las pérdidas de las cosechas en todo el mundo”. Es entendible como, al reducir el tiempo de detección de estos factores adversos, y de otros --stress hídricos, insuficiencia o falta de nutrientes--, es real la reducción de los tiempos de acción en su prevención y control. Y que esta reducción impacta de manera positiva en la producción de alimentos.

Es fácil también entender, que con estas herramientas se reducen las cantidades aplicadas de fitosanitarios de fertilizantes e insumos en general, incluido el combustible para los equipos, necesarias para mantener o aumentar la salid de los cultivos, con lo cual se mejora de manera importante la relación con el amiente y se bajan costos de producción.

2019-10-12

Cosechadora con "flujo natural"

En el capítulo "Cosecha" en su momento desarrollamos un breve análisis de cada tipo de cosechadora, publicado en este blog el 14/06/18. Entre ellos se encuentra la cosechadora Gleaner, la única en su tipo. 
En este video se puede ver la experiencia de un usuario australiano. El habla de los beneficios de su máquina.  
Estimado lector, espero lo disfrute.

2019-10-09

Con vuelo prolijo

Los drones irrumpieron hace un tiempo como un escalón diferente en la evolución de los equipos agrícolas. El factor que no cambia es el agricultor quien impulsa la innovación desde sus necesidades.

Nicolás Marinelli, tiene las raíces en una familia de agricultores y contratistas, y a ello le suma una fuerte actividad en innovación e investigación a campo. Y desde su niñez con los pies en la tierra, impulsa el trabajo con aeromodelos y drones sin pausa. Es que parece que no puede suspender el vuelo, al menos que lo detenga en el aire.

Comenzó a trabajar con aeromodelos entre los 12 y 13 años. Siempre con mucha pasión y a medida que fue creciendo agregó experiencia de campo y horas de vuelo.  

Primero fueron los aviones, los helicópteros, y algo más tarde apareció el boom de los drones, cuenta Nicolás. Y en la mitad de camino hice el curso de piloto de avión. Recuerdo también que con mi papá salíamos a sacar fotografías aéreas con los aviones grandes.


Pasado un tiempo comencé a notar que muchas de las imágenes las sacábamos más que nada del satélite y entonces en el 2015, se me ocurrió la idea de ir a un congreso de drones y su uso, en el INTA Manfredi. Y allí vimos que era todo de drones para imágenes, explica Nicolás.

Un fin de semana antes de que empiece aquel congreso, me puse con un amigo que me prestó su carpintería de aluminio. Armé toda la estructura, conseguí la bomba, y armé un pequeño barral para fumigar de 1 metro de ancho, que entraba debajo del rotor del helicóptero, a los efectos de no tener deriva que tiene que ver con el efecto Vórtice.  Lo probamos y anduvo y ese lunes o martes nos fuimos para Manfredi y lo mostramos. Podemos aclarar que Vórtice se refiere al flujo de fluidos, que rota en sentido de espiral como un remolino o torbellino.  

Juntamos las ideas que sacamos del congreso con mi helicóptero, que fue lo más grande que hubo en Manfredi en ese momento, pero no autónomo. De todos modos, fue el único dedicado a la acción, pero para mí, era chico. Entonces sentimos que había mucho por hacer, recuerda el experto en máquinas voladoras.

Y así arrancamos, con drones tipo Helicópteros UAV (del inglés unmanned aerial vehicle) de poca autonomía y capacidad de carga limitada. Entonces decidí a empezar a hacer algo más grande y distinto, asume Nicolás.

Lo hice autónomo, o sea que volaba solo, sostiene. Es decir, pasé del aeromodelo que se comandaba desde una consola de mano, a algo automático. Entre lo visto hasta ese momento, no encontraba había algo similar.

Esa fue la novedad, le marcaba los puntos como a todo dron y salía volando, llegaba a destino, fumigaba y volvía. Era con un motorcito Glow de combustión interna, de los que se usan en aeromodelismo. Así tuvimos más autonomía de vuelo que con los eléctricos, sentencia Nicolás.

Luego hicimos contacto con Cicaré y fuimos hacia helicópteros más grandes. Y llegamos a los 80 litros de capacidad. Y ahora estamos en casi 250 litros.

Por hobby ya venía viendo las placas de control Autónomo. Entonces, conseguí una y comencé a adaptarla, para ir probando. En ese momento había muy pocas que toleraban un helicóptero, es decir estaban preparadas para los multi rotores con su software y entonces, tenían muchas cosas que precisaban adaptación.

Había vibraciones molestas, y por ejemplo bajo el radio del rotor, se debilitaba la señal de GPS. Es así que debí cambiar cosas de lugar. Y fui probando, desarrollando, cambiando la distribución de varios elementos, hasta que llegué a tener un vuelo prolijo. Y luego todo ese desarrollo, fue a parar al helicóptero más grande. Ahora lo cuento fácil, pero llevó mucho tiempo y trabajo de desarrollo, recuerda Nicolás.

Y haciendo un poco más de memoria, cuenta que la historia comienza desde que quería hacer un avioncito a radio control, para fumigar en el campo, porque en ese momento volaba aviones de ese tipo. Y buscaba hacer algo chico para ir probando, con utilidad para el trabajo en el campo. Para fumigar y otras hacer otras tareas en una quinta. Y lo que se veía en drones era todo de uso militar. Además, era un chico, con ganas de hacer esas cosas. Luego con el tiempo fuimos avanzando con nuevas ideas. Por ejemplo, nos dimos cuenta que era más versátil un helicóptero que un avión. Es decir, con este tipo de máquinas no se necesita pista, se llega a mayor capacidad de carga y se controla la velocidad. Es decir, es posible controlar la velocidad de avance y los giros en cabecera son más cortos. En cambio, el avión siempre se traslada a una velocidad.

Cuando no había mucho conocimiento de los drones multi rotor, ya en mis trabajos probaba con los FPV (first person view), recuerda Nicolás. Ponía una cámara en el avión aeromodelo e iba viendo en una pantalla en tiempo real por donde volaba, como si fuera dentro del avión, pero lo pilotaba desde tierra. Por ahí aparecieron los pilotos automáticos, que se le marcan los puntos de trayectoria y permiten en vuelo automático. Luego saltamos a los drones para agricultura con alas volante, los avioncitos. Luego apareció el multi rotor.

Lo lindo del aeromodelismo es poder uno volar el avión, es decir para quien gusta del aeromodelismo el dron resulta aburrido, dice Nicolás. Es muy difícil que se rompa o se caiga un dron, pero no es así con un aeromodelo. Por ejemplo, mi helicóptero que era para hacer acrobacias, si no se le da el paso correcto, se corrige la cola y se le da el ángulo que corresponde, se de vuelta. Y se da vuelta rápido. Y en realidad, lo puedo dar vuelta y mantener el vuelo dado vuelta (vuelo invertido), pero para ello debo cambiar una serie cosas. Es decir, en el aeromodelismo se tiene el control, se pilotea el avión o el helicóptero.

El cambio el dron vuela solo vuelve solo y es difícil de romper.  Y si se lo quiere controlar, tiene limitaciones lo cual hace que por ejemplo, no se gire o de vuelta. Además, donde el multi rotor se frena, queda en ese lugar por el control del GPS, y se mantiene solo en ese punto de detención.

En definitiva, el vuelo de todo dron es más sencillo y seguro que el vuelo de un avión, es decir de un aeromodelo, sostiene para finalizar el experto en drones y aviones tripulados.


2019-10-03

Axiales y drapers

Cuando hablamos de cosechadoras, hicimos referencia a diferentes tipos de máquinas. Y entre las más actuales se mencionan las de flujo axial. Y en lo que a cabezales de soja y trigo se habla hoy de los drapers, que en buena medida han desplazado a los de tornillo sinfín. Ambas configuraciones son destacadas en la información disponible, por varios fudamentos. Las cosechadoras de flujo axial se destacan por su capacidad de proceso de material vegetal y un excelente trato al grano. Lo cierto es que los investigadores de International Harvester en la dácada de los 70 presentaron este tipo de máquina como un nuevo desarrollo para la cosecha de maíz. Es que el grano de maíz es muy sencible al trato de la cosechadora, a punto tal que es el cultivo que no resiste la retrilla. International Harvester, luego Case International ya desde antes de pretencer junto a New Holland al grupo CNH, fue la dueña exclusiva del diseño axial hasta que se venció la patente de manera definitiva allá por el año 2000 aproximadamente. 
Luego muchas marcas de cosechadoras, adoptaron el diseño.
El draper tiene un origen más difícil de narrar. Las primeras cosechadoras de tracción animal, además de usar correas de algódón planas, tenían acarreadores de algodón con varillas de madera. Y atrás de la barra de corte había un acarreador de este tipo. El concepto es el mismo que el draper. Aunque los materiales de construcción nada tengan que ver. Algodón hasta que aparecieron los tornillos de chapa. Y en esta nueva era, los MacDon de USA con ese material especifico con el que se elaborarn los drapers actuales.
En el video se puede ver mediante una interesante animación una cosechadora de flujo axial equipada con un cabezal tipo draper.