La aplicación de fitosanitarios puede estar dirigida a la limpieza de un rastrojo (barbecho química) o bien a la protección de un cultivo en crecimiento, pero en todo caso tener en cuenta las condiciones de ambiente ayudan a mejorar la cobertura lograda y evitar la deriva.
“Me quemaste el trigo” puede ser
la queja de un vecino ante quien hizo una aplicación, y este entonces puede
quedar paralizado y con la guardia baja.
No obstante, el mapa de
pulverización guardado en la memoria de la máquina es de color verde, estará
comprobado que el origen del problema estuvo en otro lado.
Ello ocurre cuando la
pulverizadora esta equipada con el Sistema Integral de Aplicación (SIA de Pla), que controla
e informa de manera continua, hacia donde se proyecta la aplicación.
Asimismo, dicho sistema graba en
una memoria digital, el reporte detallado de varias características técnicas del
trabajo realizado.
El informe se muestra en la
pantalla de un Smartphone, o una Tablet, o de una notebook. Allí se ve fecha y geoposicionamiento,
la calidad de la aplicación en cada punto del lote tratado.
Para alcanzar este tipo de
control, la pulverizadora cuenta con una estación meteorológica que mide las condiciones climáticas imperantes
durante la tarea. Además, la misma estación hace algunos cálculos específicos como
la velocidad del viento influenciada por el movimiento del equipo.
La estación meteorológica ayuda a mejorar la calidad de las aplicaciones |
Conociendo los datos climáticos –
temperatura, humedad relativa, viento--, el sistema sugiere la pastilla a utilizar, la presión y el caudal de trabajo entre otras variables. Por ende, el
sistema determina otra información importante como el tamaño de gota. En base a ello estima eventualmente deriva, evaporación, o si se produce alguna obstrucción –taponamiento-- en algún pico o conducto. En
definitiva, se estima certeramente la calidad de pulverización.
Asimismo, el mismo sistema, previo
al trabajo de campo, admite la carga de otros datos, como el producto que se
utilizará, su formulación y el tamaño de gota que requiere.
Toda la información necesaria que
se carga en el sistema, se encuentra disponible en el mercado. En ella se
incluyen los datos de unas 1000 pastillas diferentes, con sus presiones de trabajo,
caudales y el tamaño de gota resultante. Otros datos disponibles son: el orden de
carga en el tanque de diferentes productos en el caso de mezclar varios de
ellos en el tanque, cantidad de agua necesaria, autonomía de la máquina.
A medida que la máquina avanza
haciendo la aplicación con fitosanitarios, toma los datos del trabajo cada 3
segundos, período en el que se abre y cierra una cuadrícula dentro del lote. En
cada lugar de la cuadrícula, el miden las variables, --del clima y de la
máquina-- que influyen en la aplicación.
Con esa sensibilidad de 3
segundos, queda reflejado en la pantalla de abordo – y todo Smartphone, Tablet,
PC, notebook conectados-- las condiciones logradas en la pulverización.
Así se generan áreas de
diferentes colores, en el mapa de pulverización del lote. El área resultará verde cuando el 100 % de las gotas de la pulverización es proyectado
hacia el objetivo. Si el porcentaje de gotas es menor, por ejemplo de alrededor
de un 90%, la zona es coloreada de amarillo. Y si baja de 90%, el área queda de color rojo. En este último caso la aplicación de fitosanitarios debe ser detenida a
fin de realizar los ajustes necesarios para retornar a valores correctos. En
tal caso, puede ser necesario cambiar la pastilla, o la presión o ambas cosas o
bien destapar una pastilla, o bien si por ejemplo hubiese inversión térmica
detener la tarea hasta que esta condición termine.
Los mapas registrados no son
editables y por ello constituyen un informe técnico serio y respaldatorio de la
calidad de la aplicación. Es como si la aplicación fuera evaluada por el VAR
del futbol, aunque específicamente adaptado para la función.
Las prestaciones descritas en
estas líneas, corresponden al Sistema Integrado de Aplicación (SIA) de la
empresa Pla que resulta de utilidad para mejorar la calibración de la
pulverizadora, y hace demostrables las condiciones logradas en cada trabajo
Otros sistemas de trabajo que
ayudan a mejorar las aplicaciones de fitosanitarios son los que se definen con
el nombre “aplicaciones automáticas”. Se trata del sistema de detección de
malezas y aplicación automática WeedSeeker con el que solo se aplica el
agroquímico sobre malezas vivas, a partir de la detección de las mismas
mediante el uso del NDVI (Índice Verde Normalizado).
En el mismo rumbo de ahorro de insumos
y mejor relación con el ambiente, se encentra el sensor Weedit. Es el que cuenta
con una fuente activa de luz roja que brilla continuamente en dirección al
suelo. Cuando esta luz impacta en materia vegetal viva, la clorofila
absorbe parte de ella, y la emite en forma de luz casi infrarroja (NIR). Cada
sensor realiza 40.000 lecturas por segundo. Luego de detectar la
maleza el sistema calcula la velocidad de avance y cuando la maleza se
encuentra bajo el pico de aplicación de herbicida, una válvula solenoide
deja pasar el caldo que es pulverizado con precisión sobre la planta.
En todos los casos de
aplicaciones automatizadas, la pulverizadora cuenta con corte de la aplicación
por secciones o por pico.
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